Dos de las decisiones más importantes que se deben tomar en una empresa son las correspondientes a la financiación y a la inversión.
En qué se invierte el dinero y cómo se consigue. Lo acertado de estas decisiones puede determinar el éxito o fracaso de una sociedad.
Desde Gescom queremos ayudarte a tomar las mejores decisiones para tu empresa.
Prestamos servicios de asesoría y consultoría en todas las áreas de interés para un empresario, incluyendo el área financiera.
También para ayudarte en la gestión financiera a continuación ponemos a tu disposición los principales criterios de decisión sobre inversiones y un ejemplo de uso para que veas cómo se deben aplicar.
Criterios de valoración de inversiones
Desde hace décadas, múltiples universidades y escuelas de negocios se han planteado cual es la forma correcta de valorar las opciones de inversión empresarial. Con el fin último de tener un criterio objetivo de medición. En consecuencia poder jerarquizar entre distintas opciones, eligiendo la mas óptima de todas ellas.
Fruto de esta investigación se han elaborado muchos modelos de valoración. Pero en la práctica no todos resultaron ser igual de efectivos. De entre todos los modelos hay algunos que destacan mas y que son utilizados por la mayoría de empresas en la actualidad.
Estos son:
- Valor actual neto.
- Tasa interna de rentabilidad.
- Índice de rentabilidad.
- Payback.
Estos modelos son los fundamentos de la inversión empresarial. Constituyen la base para la aplicación de otros modelos más complejos y efectivos. Por ello conocer y saber aplicar estos modelos es una fuente de valor para la empresa.
A continuación veremos cómo se calcula cada uno y además un ejemplo en el que se pondrán en práctica todos ellos.
Valor actual neto (VAN)
El valor actual neto es sin duda el criterio número uno de decisión. El VAN mide la creación absoluta de valor que conlleva la aceptación de un proyecto de inversión.
El criterio de aceptación de proyectos en base al VAN es por tanto que este sea superior a 0.
Para calcular el VAN partimos de una inversión que tiene un momento inicial 0 en el que se debe efectuar el desembolso. Y una serie de momentos futuros (1,2,3…) en los que se va produciendo el retorno de la inversión
El VAN se calcula actualizando los flujos de tesorería esperados de un proyecto a una tasa de descuento. Una vez los flujos están todos actualizados al momento 0 estos se suman, y el total de la suma se resta con el desembolso, obteniendo así la creación neta de valor del proyecto.
La tasa de descuento a utilizar es el coste de oportunidad del proyecto. Es decir, la rentabilidad alternativa que podría tener una inversión de igual magnitud en otro activo. Por norma general se elige el tipo de interés libre de riesgo correspondiente a inversiones con poco riesgo, como bonos del tesoro alemán.
El VAN es un criterio que cuenta con gran respaldo dentro del mundo empresarial y académico. Pero no está exento de inconvenientes.
En primer lugar el único dato que conocemos con certeza es el desembolso. Los flujos de tesorería requieren de una estimación que no siempre puede hacerse con garantías, tanto por la amplitud temporal del proyecto como de la cuantía de cada flujo.
Además para elaborar la estimación muchas veces es necesario consultar a expertos en la materia, algo que está al alcance de todas las empresas.
El tipo de interés libre de riesgo tampoco es un dato exacto, varía con el tiempo. Esto puede dar lugar a que inversiones que son rentables ante un determinado coste de capital, dejen de serlo debido a una subida del mismo.
Por estos inconvenientes se han elaborado otros modelos derivados del VAN que si tienen en cuenta el riesgo. Pero la base de todos ellos es el VAN tradicional.
Tasa interna de rentabilidad (TIR)
La TIR tiene un cálculo similar al VAN.
En este caso debemos calcular una tasa de descuento que haga la suma de los saldos actualizada en el momento 0 igual al desembolso. O lo que es lo mismo, una tasa de descuenta que haga el VAN igual a 0.
Se puede decir que la TIR es el interés al que se reinvierten los flujos en cada momento temporal.
La TIR es una medida de creación de valor relativa, no absoluta como lo era el VAN. Por ello jerarquizar en función de la TIR puede dar lugar a decisiones que realmente no maximizan el valor de la empresa.
El criterio de decisión en función a la TIR es que sea positiva y que cuanto más alta mejor.
índice de rentabilidad (IR)
El índice de rentabilidad se calcula como el cociente entre la suma actualizada de los flujos y el desembolso.
Es un una medida que tiene como principal ventaja la simpleza en el cálculo, pero que presenta algunos problemas que impiden utilizar el IR como medida de jerarquización ante proyectos de distinta magnitud y diferente duración.
Al igual que la TIR es una medida de creación de valor relativa, no absoluta. Y la base temporal de su cálculo es la amplitud temporal del proyecto.
Payback
El payback es uno de los criterios más utilizados a la hora de decidir sobre proyectos.
Nos dice el tiempo que tarda una inversión en recuperar el desembolso.
Para saber cuál es el periodo mínimo de recuperación del desembolso lo que tenemos que hacer es sumar cada año los flujos hasta que se supere la cantidad desembolsada.
El payback es de todos los criterios vistos el menos preciso. Solo es una medida de rentabilidad temporal.
- No tiene en cuenta saldos posteriores al desembolso.
- No mide la creación de valor.
- Puede dar lugar a decisiones poco eficientes o incluso contrarias al objetivo de creación de valor.
El motivo de su amplia utilización es por la necesidad de buscar resultados inmediatos, anteponiendo los interés a corto plazo a la viabilidad en el largo plazo.
Ejemplo
La empresa MILTON S.A. se plantea acometer una inversión en dos negocios distintos. El negocio A y el negocio B.
Estos proyectos son mutuamente excluyentes, es decir, la aceptación de uno implica el rechazo del otro. Por lo tanto, para decidir cuál de los dos proyectos aumenta más el valor de la empresa los responsables del departamento de finanzas se disponen a aplicar sus conocimientos en valoración de inversiones.
La duración de ambos proyectos se fija en 2 periodos y el coste de capital es de un 4%.
El proyecto A y B cuentan con la siguiente distribución de flujos.
0 | 1 | 2 | |
A | -100 | 90 | 300 |
B | -50 | 100 | 150 |
En el momento 0 podemos ver el desembolso correspondiente a cada proyecto y el momento 1 y 2 corresponden a los flujos.
VAN
En primer lugar procedemos a calcular el VAN.
Para ello como sabes aplicamos la siguiente fórmula:
- VAN=Q1(1+K)+Q2(1+K)2
El resultado:
- VAN(A)= 264
- VAN(B)= 185
Por lo tanto la jerarquización en base al VAN nos dice que el proyecto idóneo es el A.
TIR
Cómo sabes la TIR tiene esta fórmula.
- TIR=Q1(1+R)+Q2(1+R)2
El resultado es el siguiente.
- TIR(A)=124%
- TIR(B)=200%
La jerarquización aquí varía, es preferible el proyecto con mayor TIR, por tanto B.
Payback
El payback es el mínimo tiempo que tarda una inversión en devolver el desembolso.
Su cálculo (A es el desembolso).
- minp=1jQj(1+K)j>A
Cómo podemos ver el proyecto B recupera la inversión en el momento 1 en cambio el proyecto A no recupera la inversión hasta que no finaliza el proyecto en 2.
Por lo tanto el proyecto elegido según el payback es el B.
Problemas de jerarquización
Como ya adelantábamos algunos criterios de jerarquización pueden dar lugar a elecciones poco eficientes. No atienden al objetivo de creación de valor en la empresa.
En el ejemplo vemos como de acuerdo a la TIR y al payback se elige la opción que tiene menor VAN.
Recuerda esto en todo momento. De todos los criterios vistos hasta ahora el único que mide la creación absoluta de valor es el VAN.
El criterio último de decisión es el valor actual neto de la inversión. La inversión preferible es el proyecto A.
Análisis de sensibilidad
El análisis de sensibilidad se refiere al estudio del grado de variación que pueden soportar las distintas variables de un proyecto y permiten mantener la misma decisión inicial.
Por ejemplo veamos en cuanto puede variar al primer flujo del proyecto A que mantienen la jerarquización de acuerdo al VAN.
Para ello solamente debemos de resolver una ecuación en la que la incógnita es el flujo 1 de A.
El flujo 2 se mantiene igual, el desembolso no varía tampoco, pero la ecuación se debe igualar al VAN del otro proyecto.
El resultado nos dice que el primer flujo de A puede variar entre 7,8:+∞ esto quiere decir que para valores inferiores a 7,8 es preferible el proyecto B por tener un VAN mayor.
Ahora apliquemos el mismo análisis a la TIR.
Debemos encontrar que grado de variación que soporta el primer flujo del proyecto B para mantener la decisión inicial.
Para ello planteamos como incógnita el flujo 1 de B y actualizamos cada flujo de acuerdo a la TIR del otro proyecto. Igualamos a 0 y resolvemos.
El flujo 1 de B puede variar entre 45:+∞ y se mantiene la decisión inicial. Si el primer flujo de B es inferior a 45 es preferible según la TIR el proyecto A.